¿Estás en la Confianza? o confías - Albert Cruells
Mucho se ha hablado y escrito sobre la Confianza, este concepto mental que en la mayoría de ocasiones no está muy bien ubicado en nuestra mente egoica, pero, ¿ vemos la diferencia entre la confianza y el confiar ?.
Vamos a entrar en este concepto e intentaremos desmenuzarlo para poder observar en nosotros qué es realmente la confianza.
No se trata de escuchar mis palabras, ya que de muy poco sirven si no las hacéis vuestras profundamente, no se trata de tomar conceptos nuevos o de esquematizarlos de forma distinta; se trata de que, a través de la observación interna, podáis sentir realmente en qué punto de confianza estáis.
Vamos a entrar en la Confianza, en la verdadera Confianza, vamos a entrar en aquello que algunos llaman “Fe” y, para poder entrar en este concepto, debemos saber de qué confianza hablamos.
Hay varios tipos de confianza que se resumen en dos grandes bloques: La Confianza y el Confiar. Parece que sólo es un pequeño matiz de la palabra, pero ese pequeño matiz es muy importante. Como ya sabéis, la palabra es vibración, por ello debemos prestar mucha atención a ella.
A grandes rasgos, podemos ver que la Confianza es un estado del Ser -Confío- y la segunda es una acción -Confío que esto o aquello me salga como espero-.
Desde esos dos puntos de partida es hora de que veamos profundamente desde dónde nos movemos en nuestra cotidianidad, en nuestro día a día.
“Confío que salga bien”
Hecha esa introducción, entremos a revisarnos y veremos que, casi siempre, nos movemos en el “confío que salga bien”.
Eso es un hecho, una realidad, aunque no nos guste. Nos gustaría estar permanentemente en la confianza plena, nos gustaría estar en este estado, pero la realidad es otra muy distinta.
Es importante que veamos la diferencia entre las dos dentro de nosotros. Nos gustaría estar en la Confianza Plena pero nos dedicamos a confiar. Y si vemos eso también, veremos que son opuestas ya que no es posible estar en la confianza mientras necesite confiar.
Sobre el “Confiar”, ya tenemos muy claro que está basado en la necesidad de control, en la expectativa de resultado, en aquello que queremos conseguir para estar bien; en definitiva, estamos en la energía del Temor.
Digo eso porque cuando no conseguimos aquello que deseamos a través del confiar nos frustramos, entristecemos, enfadamos… E incluso creemos que esas emociones son necesarias, que son las que nos hacen avanzar.
Pero en realidad no es del todo así, esas emociones son las que nos guían desde la desconfianza profunda en todas las acciones en las que deseamos Confiar.
Aparecen nuestras memorias activas del pasado, los condicionamientos, las creencias y la necesidad de sentirnos seguros. Como podéis ver, esto nada tiene que ver con estar en la Confianza Plena.
La plena confianza
¿Cómo podemos definir ese estado de Plena Confianza, ese estado de certeza de que todo tiene un propósito aunque no lo comprenda? En primer lugar debo ubicarlo conceptualmente en mí y entender que la Confianza no es una acción sino un estado que está vibracionalmente por encima de nuestro ego psicológico, de nuestra mente ilusoria.
En segundo lugar, es importante comprender que este estado de Confianza está unido directa y conscientemente con nuestro Ser, y de él tomamos plena consciencia de lo que somos realmente, de que somos algo más que lo que creemos que somos a través de la imagen que tenemos de nosotros mismos; comprendemos que todo lo que ocurre en nuestra vida es “para algo” aunque no podamos comprenderlo desde nuestro campo egoico.
Desde esta comprensión nos daremos que cuenta que ya no es necesario tener que confiar en que los resultados sean como nosotros deseamos, simplemente confiamos y tenemos la certeza que todo es correcto en ese momento, en ese instante -aunque no sea satisfactorio el resultado-, sabiendo que después de la finalización de ese instante es cuando crearemos el próximo.
Sólo en ese momento podemos crear, a través de nuestra observación y acción, un nuevo instante, un nuevo terreno de juego en el que, quizá, el resultado nos hará sentir mejor. Ese fluir con la vida sumado a la no expectativa de resultados y a la plena atención de lo que está sucediendo y de lo que estamos sintiendo en este momento, nos lleva a estar inmersos en eso que llamamos “Aquí y Ahora”.
Soltar el control
Cuando podemos soltarnos del control, expectativas y deseos de que las situaciones sean como queremos y comprendemos que las cosas funcionan de manera correcta para nuestro crecer, es cuando podemos observar con atención total el momento, vivir plenamente el instante y sentir la libertad de que somos los creadores de nuestra vida. Porque, como ya hemos repetido en muchas ocasiones, la felicidad no está en la experiencia, no está en el resultado; la plenitud está en el proceso y va abrazada a la Confianza.
Confianza es sentir en lo más profundo de nosotros que “no somos seres humanos con ciertas y puntuales experiencias espirituales” sino que “somos seres espirituales con experiencias humanas”, y poner esa percepción de nosotros mismos muy dentro en nuestro interior nos abre las puertas a la verdadera confianza, a la verdadera plenitud y nos acerca cada día un poquito más a nuestro real propósito en la encarnación: Ser cada día un poco más conscientes de la Conciencia para llegar a manifestarnos en nuestras acciones cotidianas a través de esa maravillosa vibración energética que llamamos Amor.
— Albert Cruells
Charla en la Formación de Terapia Transpersonal
Escuela Holística Transpersonal de Camino Conciencia